Los zapatos echan raíces
y las corbatas
son sogas
que hacen que las ideas
escapen de las cabezas,
y, hablando
de libertad,
somos testas
sembradas
de incertidumbre gris.
Huesos pesados
que soportan en silencio
los silencios de la carne.
¿Y porque no un poema
de esos de coger las riendas,
de olor a asfalto y no mirar atrás?
Suena bien,
pero no.
Se murió mi pelo largo
y ya no creo en la poesía.