sábado, 29 de septiembre de 2012

La lluvia y la melancolía y tal


“La lluvia inspira”
oirás decir a alguno,
“el melancólico fluïr
de las gotas en el cristal
hace que las paredes
del corazón goteen
tristezas dulces y delicadas.”

Sin embargo a veces
las gotas son piedras
que se clavan en el estómago;
engorrosas, de sabor repetitivo
pepitas granulosas de rutina
y no hay melancolía que valga
ni metáforas que salven
un poema regular.

No, lo habrán adivinado
no soy especial
me moja la lluvia mientras
maldigo mi nariz helada
el rebaño metálico de coches
con hombres y mujeres
persiguiendo esa cenefa
multicolor de semáforos
pilotos y líneas discontinuas,
hombres y mujeres
de bocina fácil y rápida
y mandíbulas cerradas
sudor matutino y olor
a cenicero a tapicería gastada
mini carceles para escapar
al paraíso sin lluvias.

La certidumbre aplasta
la incertidumbre acongoja
y enmedio está el ahora
ese calcetín mojado y pegadizo
incómodo compañero de trayecto
y yo, un poco impersonal también
intentando trenzar un poema
un poco desganado y acuoso
estacional y tardío

no sé, no sé
si lo habré conseguido.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Otros días


Otros días serán como este
un torreón de nubes una sobre otra
blancas ovejas de aire
que pastan por un prado azul
fluidamente como hojas
cayendo en cascada
despeñándose por el calendario.

Otros días estaré para escribirlo
diré que hubo otros días pasados
en que estuve sentado viendo
pastar las nubes por un prado azul
y diré que son los mismos días
y a la vez no.

y será ese azul una idea
perpetua, fija, inamovible
marco bajo el cuál paseamos
rebaño de ideas y proyectos
las personas que buscamos
mirando hacia arriba
soñadores, distraídos,
un pedazo de cielo diferente
nuestro pedazo.