jueves, 1 de noviembre de 2012

Paisaje de hoy: una fábrica



En el paisaje de hoy una fábrica
vacía de almas y mercancias
sus paredes parecen latón retrofuturista
una especie de ilusión traicionera
que se va con el inculcado recuerdo
de un coche volador que circula
por eclécticos túneles cuánticos
metracrilato maquetario y superglue.

Estoy entre sus negros barrotes
no aquí pero si en alguna parte
y quisiera que respiraras conmigo
su endiablada niebla de domingo
que buscáramos entre el terror
de las correas rotas y los silbidos
apremiantes de las máquinas de vapor

Y que juntos engulléramos lentamente
la tristeza del mundo abandonado
el gris perezoso que se balancea
en los espíritus anhelantes y sobrios
haciéndolos rígidos y quebradizos
corazones de metal por donde
solo resuenan estos ecos automáticos.

Pero ¡oh! Ahora recuerdo que tú
estás al otro lado de este inexpugnable
muro de piedra y lágrimas cristalinas
hoja de papel espejo inverso y frío
que más que unirnos nos separa
y no puedes más que intentar
agrupar éstas grafías garabateadas
de este burdo lenguaje humano
de esta lisiada forma de hablar
y recomponer un paisaje ya lejano
que nunca será tuyo ni mío
y que ya se pierde entre tus dedos
así como mis borrosas palabras
y la pequeña fábrica muerta en si
haciéndose una diminuta imagen
en el cristal moteado de vulgares gotas
como vocablos que caen en un mar
de insulsa nadería y superfluo sentido.  


7 comentarios:

  1. me has hecho sentir como esa fábrica abandonada
    de algún modo quedaremos así, o quizá ya estemos así
    abandonados a la suerte del cosmos que nos habita y que nos circunda

    excelente poema Dani
    felicitaciones!

    abrazo

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  2. Mi infancia, y parte de mi adolescencia, la pasé en una fábrica muy vieja, rodeado de operarios que iban con chauquetas a cada día laboral. Eran mis hermanos.

    Un abrz.

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  3. Ese lugar parece el útero de la desesperanza. Una sensación de agobio, de encierro, de grises, de desessperación.

    Abrazos

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  4. Hola, Dani:

    Afuera está la vida, no pierdas la esperanza.

    Un abrazo.

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  5. En esas fábricas solo está la sombra de uno con sus escombros.
    Y los demás si están del otro lado esperan turno para entrar y a solas garabatear en sus paredes iniciales que les recuerden tantas cosas.

    Pocos se atreven a hacerlo.
    Para estar en una fábrica abandonada hay que haber tocado muchos fondos.

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  6. Cuando era pequeña me colaba con dos hermanas en un matadero abandonado para inventar historias mientras jugábamos a escondernos y huir de un fantástico demonio muy malvado, que dormía entre aquéllas paredes. Tu fábrica me ha devuelto un poco de aquéllo.

    Por cierto, he estado a punto de utilizar la misma imagen que has elegido para este texto para uno de los míos.

    Te mando un abrazo enorme, hace mucho que no sé de ti. Espero que todo vaya bien.

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  7. Me gustó mucho como lo has narrado ya que por un momento te crees que eres el dueño de la historia, sigue así

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