Ojalá te tuviera de nuevo frente a mí
para que pudieramos sonreír sin motivo
con ese particular humo irisado
translúcido
particularmente edculcorado que tiene
el tiempo
cuando tienes dieciseis años y muchos
días por delante.
sin embargo me debo conformar
con el tú de ahora
el tú que mis ojos de ahora ven
quizás encontraría otro
si mis ojos fueran los mismos
pero el celuloide ha corrido
las imágenes han pasado
la cinta se ha ennegrecido
enmohecido y ahumado
y finalmente
aquí estamos
las paredes amarillas
no nos han engullido
pero sí nuestras paredes
las que sin evitarlo nos pusimos
el pelo cae blando sobre el suelo
y brillan unos ojitos púrpura en mis
sueños
ya no son aquellos vibrantes pulsos
vitales
estos sueños
son más bien carreras difíciles y
sudorosas
contra la propia piel y el propio
cuerpo.
oigo tu entrechocar de cucharas y tazas
tu sonrisa amagada y menguada
en las medias lunas de tus dedos
se asoman timidamente lunas nuevas
crecientes oscuridades que arraigan
en tus dedos mesando el frío
pálpito de angustia
que es
saberse vivo.
sonreíamos
ya no
sonreiremos de nuevo
cuando nos quede
una blanca sonrisa de hueso
era un brindis
pero será un requiem
eramos unos
pero seremos polvo
y polvo serán nuestros sueños.
Eso será inevitable, pero mientras que llega el momento final, sigamos brindando en cada ocasión que se presente.
ResponderEliminarBuen poema
Saludos
No somos quienes éramos ni lo demás lo son, pero la esencia sigue intacta con sus tendencias.
ResponderEliminarY si, Dani, esa sonrisa es la que quedará antes de ser polvo y olvido.
Besos
un brindis con sabor a despedida y epílogo
ResponderEliminarnos pasa y nos pasará
dejamos de ser los que fuimos para ser otros
ya lo cantaba la Negra, cambia...todo cambia
no somos la excepción
sentido y real poema sobre lo que nos espera
abrazos y buena jornada
cri cri me salieron los grillos a saludar
ResponderEliminary el eco se adueña de tu espacio
te dejo un abrazo DANIEL
espero todo bien