domingo, 8 de mayo de 2011

5:00 am


Hay en todas las noches
un momento
en que las almas saltan
graciosas y juguetonas
saliendo levemente del cuerpo
para ir a un enjambre común
de luces y sonidos ácidos
picantes
tintineantes chirridos comunes
mientras el cuerpo mira
extrañado
incrédulo
la telilla de neblina
que se forma ante sus ojos.

Uno piensa,
pensamos todos,
¿será magia?
Pero al abrir la boca
el hechizo se rompe
las almas se recogen
calentitas bajo la mullida lengua
y se escapan las sensaciones cósmicas
hasta que caen irremisiblemente
las luces a sus posiciones originales
y los sonidos a sus cadencias
vulgares y comunes.

Entonces es cuando
mirando al vaso
me sonrío
y con voz ceremoniosa
digo
amigos
pronto será de día.

5 comentarios:

  1. es la hora del crepusculo,
    y ya de por sí es mágica

    mágicos tus versos Daniel
    un abrazo y buena semana

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  2. Ese momento suele ser mágico, es como si se para todo por un segundo.
    Un poema intenso y bello.

    Abrazos

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  3. Seguro que debe ser así.
    Quiero creerlo.

    Saludos.

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  4. Pronto sera de día, y las cosas habrán cambiado. O no...

    Saludos y un abrazo poeta.

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  5. Me imagino que es la hora antes de la resurrecciòn de cada dìa.

    Anrazos

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