viernes, 27 de mayo de 2011

Es
uno de esos momentos
en los que se supone
que debería echarme las manos a la cabeza,
decir,
oh
la humanidad,
hasta donde hemos llegado.

Sin embargo
ya nada me sorprende.

Del dolor engendramos dolor
de las mentiras más mentiras

todo crece
en un cubo geométrico perfecto
ya no cabe ninguna indignación en mí.

En plan épico
dicen algunos
que de la sangre que se derrame
nacerán nuevas rosas

pero me temo
que estamos empachados de panfletos
y que las rosas
se quedarán en nuevos capullos.

2 comentarios:

  1. Como a ti, ya poco me sorprende, porque pensé que esto de los indignados sería un acto simbólico y todos a casa, pero no. Debería estar España llena de indignados, en cada pueblo, en cada ciudad, incluso en cada puente de caminos rurales.
    Hace unos días leí un poema de Sergi Puertas que más menos decía que el sentimiento universal del hombre es la violencia.
    Viendo el mundo y las crónicas de otras épocas, anda acertado.

    Un abrazo, bien por tu poema

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  2. Salir del capullo para estrellarse contra un muro. Mariposa nueva, mariposa muerta

    ANDAVANT!

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